El CSIC y la UIMP ponen el foco en la “alta incidencia” de malnutrición mundial en el curso ‘Diversidad, Globalización, Personalización’

Madrid, 10 de septiembre de 2019.- El Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organizaron entre los días 2 y 4 de julio el curso Diversidad, Globalización, Personalización: Retos nutricionales para un mundo en constante evolución. “La idea de este curso era poner sobre la mesa la gran problemática que se ha generado a nivel mundial con la alta incidencia de malnutrición por la que estamos atravesando”, ha señalado la profesora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), Ascensión Marcos, quien ha dirigido el curso.

La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha explicado que existen estos “problemas” en la alimentación tanto en países en vías de desarrollo como en los industrializados. Los primeros, ha apuntado, se caracterizan por los “déficits alimentarios”; los segundos, por el “exceso y desperdicio de alimentos, donde tanto los trastornos alimentarios como la obesidad llevan consigo frecuentemente trastornos psicológicos, además de estilos de vida inapropiados”.

“Toda esta debacle es consecuencia de determinados factores que afectan la salud de la Tierra”, ha subrayado Marcos. Como ejemplo ha puesto el foco en el incremento de la población mundial, la sostenibilidad alimentaria, el cambio climático, y la migración de grandes grupos de población, entre otros fenómenos.

Como ha expuesto la experta, este seminario, celebrado en el ICTAN y en colaboración con la Sociedad Española de Microbiología, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP), tuvo también la misión de “incidir en los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)”.

Algunos de estos objetivos son: concienciar a la población del problema alimentario a nivel mundial; luchar contra la desnutrición, el hambre y la pobreza; establecer correctos hábitos alimenticios; favorecer el acceso a los alimentos de buena calidad; vigilar las características nutritivas adecuadas y la garantía sanitaria de los alimentos, y concienciar a los consumidores sobre los beneficios de una alimentación saludable, sostenible y segura.

“La clave del éxito de este curso ha sido su carácter multidisciplinar”, ha destacado Marcos.