Victoria Ferrer: “La violencia contra la mujer es la expresión más horrenda de la desigualdad”

Santander.- Treinta y un casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas entre enero y el 24 de julio de 2017. La realidad de nuestra sociedad hace de la violencia de género un tema candente en el que la psicología está integrada por completo. La implicación en líneas de investigación y proyectos en esta dirección legitiman la presencia de Victoria Ferrer, catedrática de Psicología Social de la Universidad de las Islas Baleares, en la XVI Escuela de Psicología «José Germain». Psicología de la vida adulta.

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) como tribuna de actualidad ha recogido durante esta jornada un panorama de la problemática que “proseguirá mañana -ha señalado la catedrática- con una reflexión sobre lo que sucede y lo que se puede hacer al respecto”. Asimismo, Ferrer ha compartido su entusiasmo por la inminencia del pacto de Estado contra la violencia de género que se aprobará el próximo viernes, fruto de “una sensibilización generalizada que va más allá de las discrepancias políticas”.

Tras una precisa contextualización del tema, profundizando en terminología y tipología, la exposición de la investigadora ha corroborado que “en ningún lugar del mundo hay una igualdad real entre hombres y mujeres”, a pesar de que “muchos países la han alcanzado a nivel formal”. El origen de la violencia de género es la desigualdad, en concreto, “la situación de privilegio en la que esta sociedad ha colocado a los hombres se traduce en este problema, la violencia”. Por tanto, ha explicado que, pese a los avances en el ámbito legislativo, con la ‘Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer’ de las Naciones Unidas de 1994 como eje vertebrador, la realidad es que “solo Islandia se acerca” a la consecución real de la ansiada igualdad, porque “sobre la ley no hay dudas, pero en la vida real la cosa se desdibuja”.


Para Ferrer, un uso de los términos con precisión puede facilitar el camino, así como reflexionar sobre “los condicionamientos que induce el género, con sus distintos matices culturales”. Un esquema social en el que “los roles y la posición social dominante es de los varones” en demérito de las mujeres y que se traduce en un reparto social desigual de las tareas, en la brecha salarial en el campo laboral, o en la disparidad en cargos políticos. A excepción, ha matizado, del ámbito educativo o sanitario en los países occidentales. “En un contexto de desigualdad global, la sociedad lo traslada al ámbito de la pareja. La violencia contra la mujer es la expresión más horrenda de la desigualdad”, ha sentenciado.

Tras esta panorámica, la catedrática ha indicado que el contexto donde “la violencia contra la mujer está más presente es en la pareja”. Y por ello, a nivel legislativo, “la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género empuja a los psicólogos a trabajar los temas de prevención y rehabilitación”. 

En este sentido, la investigadora ha comentado algunos de los mitos o “creencias erróneas” sobre la violencia contra las mujeres en la pareja. Entre ellos ha subrayado algunos de los mitos de la marginalidad: “Sólo ocurre en países subdesarrollados o en personas o familias con problemas (pocos recursos, paro...)”; aquellos sobre los varones agresores, “los hombres que maltratan han sido a su vez personas maltratadas o son enfermos mentales”; los mitos sobre las mujeres agredidas y otros acerca de la importancia del problema, todos ellos cumplen “la función de mantener el status quo”, ha concluido.

 

Fotografía: Esteban Cobo