Santander.- Un grupo de actores, entre los que se encontraba Nur Levi, junto con los directores Cristina Rota y Joaquín Oristrell, realizaron un taller de improvisación del que surgió la película Hablar, un largometraje grabado en un solo plano secuencia estrenado en 2015. Como todos los textos propuestos por los intérpretes no cabían en el proyecto, surgió Lo que no te digo, montaje que desarrolla el personaje de Levi encima del escenario.
Para poner fin al ciclo Primera Fila de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), el Paraninfo de Las Llamas acoge esta función, dirigida por Rota e interpretada por Levi, quien propuso el tema de la perversión del lenguaje: “El lenguaje nace como una herramienta para que el ser humano se comunique y acaba siendo un medio, que lejos de comunicarnos, nos desconecta”, ha afirmado la protagonista de El último oriente o Punta escarlata. En su opinión, en muchas ocasiones el ser humano no habla para comunicar, “sino para lograr ciertos objetivos y necesidades”. Por eso, este monólogo, pretende reflejar el cambio de significado de la palabra ‘comunicar’.
Cualquier expresión de arte, ha explicado, ofrece la oportunidad de conectar con la emoción, hablar sin pudor y sin miedo: “Muchos actores elegimos esta profesión porque te permite jugar y cuando se está jugando, no te juzgan”, ha apuntado. Asimismo, se ha referido a la bajada del IVA cultural a los espectáculos, salvo al séptimo arte, “una política de castigo” que viene desde hace años: “Todavía tenemos un problema en España con la Cultura, porque la traducimos, única y exclusivamente, como ocio. No contamos conque forma parte de la sociedad, la enriquece y la nutre, por lo tanto, es necesaria”, ha declarado.
La directora de escena, actriz y docente Cristina Rota ha corroborado estas palabras y es que, si el Estado promociona el arte, “se nota en la movilización de un pueblo y en el amor que este pone a la cultura”. Sin embargo, como ha reflexionado, los artistas siempre han tenido respuestas a estas trabas, que invitan a canalizar la rebeldía: “El verdadero artista tiene que sobrepasar la barrera de la rabieta infantil para ser realmente un rebelde, un insatisfecho, una persona que denuncia una sociedad, y que asume el reto y la responsabilidad de movilizar, dinamizar con pensamiento, palabra, pasión para elevar el pensamiento humano”.
Desde su punto de vista, se debe buscar la forma de seguir luchando con las armas disponibles y la del sector cultural, “es la expresión artística”. En este sentido, “lo ficcional siempre ayuda”, porque te exige aprender a simbolizar y a crecer: “Las trabas, en realidad, son estímulos. Siempre hay formas de sortearlas”, ha incidido.
Fotografía: UIMP 2017/ Esteban Cobo