Santander.- Existen respecto al sistema inmunológico de los seres humanos, muchos mitos que pueden ser fomentados por la mala praxis de los medios de comunicación. Por ello, Alfredo Corell, profesor titular de Inmunología de la Universidad de Valladolid, ha participado en el seminario Inmunología e inmunoterapia: herramientas del siglo XXI de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), para detallar con resultados científicos el efecto que la alimentación, el sueño y el deporte pueden tener en él.
Corell tiene claro, como “dogma general”, que “algunas patologías se pueden beneficiar de la inmunonutrición”, pero esto no es óbice para asegurar que “un individuo sano con una dieta equilibrada no necesita ninguna implementación para fortalecer sus defensas”. Es el punto de partida del científico, que ha recordado que siempre “hay que poner la lupa sobre lo que nos dicen respecto a la alimentación, y ponerlo en cuarentena”. Entre algunos de esos alimentos o nutrientes que pueden fortalecer y mejorar la el sistema inmunológico están los ácidos grasos OMEGA 3 y OMEGA 6, los nucleótidos, o los aminoácidos.
Por otra parte, el sueño también ha sido uno de los elementos que Corell ha establecido como influyente en la calidad del sistema inmunitario.
Estudios que el profesor de la Universidad de Valladolid ha mostrado, evidencian que “aquellos que duermen siete horas o más, tienen un 15% de catarros, frente a los que duermen menos de cinco horas, que llegan a alcanzar un 45% de catarros. Casi tres veces más”, ha detallado.
En lo relativo al deporte, las infecciones respiratorias se pueden relacionar con nuestro grado de actividad física. “El sedentarismo tiene más riesgo de infecciones respiratorias frente a aquellos que desarrollan hábitos de ejercicio moderado”, ha revelado Corell con estudios científicos. E incluso el exceso de ejercicio, como el de los deportistas de élite, conlleva “graves consecuencias y gran número de infecciones respiratorias”.
De hecho, investigadores y especialistas australianos y neozelandeses, según ha explicado el profesor de la Universidad de Valladolid, han demostrado que en deportistas de élite “la inmunosupresión de las vías respiratorias altas se ve afectada por factores como los viajes internacionales, la exposición a la calidad del aire, el estrés psicológico de la competición, la alteración del sueño, y por supuesto por la nutrición”.
Por ello, es habitual que “cuando los atletas están empezando con los síntomas, pueden considerar la suplementación con Zink, y en algunos momentos de fuerte competición pueden considerarla también con probióticos”. Eso, por no hablar de recomendaciones como “tener higiene del sueño, no beber más de dos copas de alcohol al día y procurar estar lo menos estresados posible”, ha concluido Corell.
Visión general del sistema inmunitario
En la primera sesión de la jornada titulada ¿Cómo se organizan las defensas?, Corell ha protagonizado la ponencia Overview del sistema inmunitario, en la cual ha hecho una rápida introducción al tema, interactuando de forma didáctica con el público presente. En primer lugar, ha señalado que el sistema inmunitario distingue lo propio de lo impropio y, más concretamente, identifica lo inocuo de lo peligroso.
Asimismo, ha aclarado que el término adecuado es sistema inmunitario: “Durante mucho tiempo hemos estado diciendo sistema inmune por una mala traducción del inglés”. Por eso, ha insistido en que “el sistema no es inmune, sino que confiere inmunidad” y ha rechazado también el término inmunológico cuando se refiere al sistema.
En cuanto a la definición de esta red de células, ha destacado que se trata de “un sistema que se educa en el timo y en la médula ósea para conocer lo propio y evitar autolesionarse”. “Esto –ha explicado- se consigue a través de procesos de selección positiva y negativa, y se activa de modo selectivo solo cuando se tiene una infección concreta”.
Por otro lado, el ponente ha indicado que "se piensa que más del 95 % de las infecciosas las eliminamos si tenemos una mucosa y una piel sanas".
Como punto más importante, Corell ha distinguido dos de los elementos que conforman la respuesta inmunitaria: el nivel dos, la inmunidad innata o inespecífica, y el nivel tres, inmunidad adaptativa o específica.
Finalmente, ha añadido que las patologías pueden producirse por inconvenientes (rechazo del injerto), excesos (alergias), errores (autoinmunidad) o defectos (inmunodeficiencia) en el sistema inmunitario.
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018