Pioneras en la universidad española

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Madrid, 8 de marzo de 2021-. Hoy 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Una jornada reivindicativa que celebra los enormes esfuerzos realizados por mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario. Un buen día para echar la vista atrás y recordar a las pioneras españolas que reclamaron un mundo más justo a través del acceso a los estudios universitarios.

Pese a que a día de hoy la mujer sea mayoritaria en matriculación de estudios universitarios, su acceso a los estudios superiores en España no se consiguió hasta los últimos años del siglo XIX.

Precisamente un 8 de marzo, en 1910, hoy hace exactamente 111 años, en España se publicaba un real decreto por el que se permitía la enseñanza igualitaria a ambos sexos en estudios superiores. Pero esto no fue más que el punto culminante de una larga sucesión de acontecimientos que tuvieron lugar en los años anteriores.

Una de las pioneras fue Concepción Arenal, quien con 22 años se vestía de hombre para poder asistir de oyente en el año 1842 a la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, la actual Universidad Complutense. No obtuvo título universitario alguno. No obstante, bajo la firma de su hijo, siempre defendió y publicó artículos amparando la reforma del Código Penal y la igualdad entre hombres y mujeres, tanto a nivel social como jurídico.

En 1872, Maria Elena Maseras se convirtió en la primera mujer en matricularse en Medicina en la Universidad de Barcelona, mediante una real orden firmada por el Rey Amadeo I de Saboya, que le concede el derecho a asistir a las clases siempre y cuando sea “con la compañía de su profesor”. Maseras consiguió terminar su licenciatura junto con Dolors Aleu i Riera y Martina Castells y Ballespí pero ninguna de las tres consiguió graduarse, ya que el Gobierno del momento mostró su rechazo al examen final de su licenciatura.

Para el año 1882 se publica otra ley por la que se admiten los exámenes de licenciatura y doctorado de las tres jóvenes pero se prohíbe la entrada de las mujeres en la Universidad. Es así como se convierten en las primeras mujeres con una licenciatura en España y, posteriormente, en el caso de Dolors Aleu i Riera y Martina Castells, en las primeras mujeres doctoradas en nuestro país.

Dolors Aleu i Riera fue la única que ejerció su profesión con consulta propia mientras que Maria Elena se dedicó a la enseñanza y Martina, un año después de su doctorado, murió a causa de una nefritis en su embarazo.

Ya en 1888 se admite a todas mujeres en estudios superiores de manera privada:  examinándose solo a final de curso y sin posibilidad de asistir a las clases presenciales. Emilia Pardo Bazán, una de las abanderadas de los derechos de la mujer, criticó ampliamente esta postura en congresos de la libre enseñanza. En el año 1910, nombrada como consejera de Instrucción Pública, consigue que se redacte el real decreto por el cual toda mujer puede acceder a una enseñanza de estudios superiores.

En ese año se crea la primera Residencia de Estudiantes en Madrid y posteriormente surge la primera residencia de señoritas dirigida por María de Maetzu. Este centro era pionero en fomentar la educación de estudios superiores en mujeres. Por él pasaron mujeres como Victoria Kent, María Zambrano o Maruja Mallo entre otras mujeres que se trasladaban a Madrid para realizar sus estudios.

Desde entonces, con numerosos altibajos provocados por el contexto histórico y social, la mujer ha ido incrementando su presencia en las aulas universitarias, hasta llegar a superar a día de hoy, a los varones en porcentaje de matriculados.

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