El coreógrafo Ramón Oller enseña a ir más allá de la técnica en la danza con “la voz y el silencio del propio cuerpo”
Santander. – Ramón Oller, la danza y Marina Rossell, la música. Dos formas de comunicar, una mediante el cuerpo y la otra con la voz. El coreógrafo y la cantautora son la simbiosis en su máximo exponente. Hasta tal punto, que ella termina o apostilla las anécdotas que cuenta el artista. "Sólo necesitamos dos cosas para alcanzar el mismo fin, mirarnos y respirar", ha explicado el también pedagogo catalán y director del taller Respirar la danza, en el que los alumnos trabajan "diferentes aspectos teórico-prácticos y herramientas coreográficas de la danza moderna".