Santander, 15 de julio de 2021- Daniel Innenarity, catedrático de filosofía política ha asegurado que la inteligencia artificial “puede contribuir a desideologizar y objetivizar los debates públicos”, aunque advierte de que eso no significa que se vaya a cumplir el “sueño tecnocrático” de que vayan a desaparecer los debates. “Siempre habrá diferencias entre lo que consideramos óptimo. Las máquinas optimizan pero no sirven para decidir lo que es óptimo”, ha añadido.
El filósofo, quien dirige una cátedra especializada en Inteligencia Artificial en la Universidad de Florencia, participa en el encuentro Repensando los fundamentos de la Inteligencia Artificial, parte de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), espacio que ha presentado en una rueda de prensa junto al director del curso, Manuel González Bedia.
González ha explicado que el curso ha tratado la inteligencia artificial desde un punto de vista interdisciplinar, analizando las características técnicas de estas soluciones tecnológicas, los éxitos y las limitaciones de estas tecnologías y su implementación en el ámbito político y regulador.
Por su parte, el filósofo ha asegurado que el avance del desarrollo de la inteligencia artificial “ha abierto un panorama de grandes expectativas de democratización” a la vez que “una literatura de tintes apocalípticos sobre el fin de la democracia”.
Innenarity ha considerado que dentro de ese espacio “falta reflexión sobre hacia dónde va la inteligencia artificial” y ha reivindicado el papel de la filosofía como herramienta para “buscar un campo intermedio entre la tecnología y la ética”. “No tiene mucho sentido buscar soluciones tecnológicas a problemas políticos”, ha apuntado.
De este modo, el filósofo ha apuntado a que las tecnologías “pueden contribuir a conocer mucho mejor la realidad social” o el impacto de las acciones de los gobiernos, mediante el uso masivo de análisis de datos, pero ha insistido en que no significarán “el fin de la ideologización”.
Un ecosistema sin errores
El filósofo ha asegurado que, frente a las teorías apocalípticas ”del gran reemplazamiento”, el desarrollo tecnológico permite construir un ecosistema entre máquinas y humanos donde se puedan evitar errores de ambos. "El gran reemplazamiento no se va a dar, porque en buena medida ya se ha dado", ha apuntado.
Innerarity ha opinado que el razonamiento humano, “con mucha menos información” de la que manejan las máquinas, "no toma demasiadas malas decisiones", por lo que considera que en muchos asuntos la eficacia "no está determinada por la cantidad de información".
Así, el filósofo ha apuntado que no se va a dar una “deslaboralización de la sociedad” por la destrucción de oficios que las máquinas puedan hacer mejor, sino que esto permitirá a los humanos “dedicarse a otras cosas”.
Por su parte, González Bedia, también ha incidido en que es "bastante difícil" que las máquinas sustituyan a los hombres en muchas labores, porque la IA "no es una operativización de nuestra inteligencia, la forma de trabajo es radicalmente distinta y por eso es difícil que nos sustituyan".
Para este experto en ingeniería informática, las "profecías" sobre destrucción de trabajo "no son a corto plazo posibles, ni en función de las capacidades tecnológicas que se están desarrollando".
De este modo, el experto ha destacado que los avances en inteligencia artificial se han desarrollado de forma muy diferente a lo predicho hace unas décadas. Así, González Bedia ha apuntado que “las máquinas han aprendido muy bien la capacidad de abstracción”, pero en términos de percepción el aprendizaje es muy lento y no es eficiente y es más complicado “enseñarlas a abrir una puerta” que a resolver complejos logaritmos.