Santander.- El director del Centro Nacional de Genotipado-ISCIII (CEGEN) y catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Ángel Carracedo ha reflexionado sobre Los biomarcadores y medicina personalizada dentro del seminario Plataformas tecnológicas y “big data” aplicados a la medicina de precisión de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
El catedrático de Medicina Legal ha señalado que la Industria Farmacéutica está pasando una cierta crisis ya que “el porcentaje de los nuevos fármacos en los últimos cincuenta años sigue bajando y su coste de producción ha aumentado”. A su juicio, “cuesta mucho trabajo producir un fármaco” entre otras cosas, porque “solo se aprueba si es más eficaz o menos tóxico que lo que hay en el mercado”. En este sentido ha explicado que “para que un fármaco sea aprobado tiene que pasar por cuatro fases clínicas”, y ha matizado que “antiguamente un fármaco se caía en fases iniciales generalmente por problemas de toxicidad, pero ahora la principal causa es la falta de eficacia” y es que “solo un 55% de los fármacos tienen eficacia terapéutica”.
Otro problema que el investigador ha destacado son las “reacciones adversas a esos fármacos, que suponen entre la cuarta y sexta causa de mortalidad en los países desarrollados y producen un gasto sanitario enorme”, a la vez que ha añadido que en la actualidad “muere más gente por reacciones directas adversas a fármacos que por accidentes de tráfico”.
En consecuencia, Carracero ha afirmado que “la medicina daría un paso muy considerable hacia delante si fuésemos capaces de tener biomarcadores que nos permitieran saber si el fármaco va a ser más eficaz en un individuo que en otro, o si la persona va a tener una reacción adversa”. Y este, en su opinión “es el objeto principal de la medicina personalizada”.
Biomarcadores para una mejor eficacia de resultados
El principal problema en la falta de eficacia en los resultados, tal como ha explicado, es entender que “la enfermedad es heterogénea y compleja” y que “sus causas pueden ser genéticas y ambientales”. Para conseguir que el medicamento que la trate sea eficaz lo más importante es estratificarla, es decir, encontrar sus causas y dividirlas para poder trabajar cada una de ellas de manera individual.
Por consiguiente, el director del CEGEN ha explicado que “la mejor manera de estratificar la enfermedad y conseguir respuestas es mediante la búsqueda de biomarcadores”. Así, ha manifestado que un biomarcador es una unidad medible que caracteriza un proceso: “Por ejemplo, la glucosa es un biomarcador de diabetes”, ha precisado. Asimismo, ha comentado las fases de los biomarcadores: la primera es encontrarlos para poder dividir la enfermedad y buscar respuesta rápida, la segunda es la fase de regulación y validación y la última consiste en llevarlo a la práctica clínica. Por último, ha indicado que “los biomarcadores se dividen en validados, posiblemente validados, y exploratorios”, y que solamente los dos primeros pueden ser objeto de regulación.
Fotografía: UIMP 2017 | Juan Manuel Serrano