Santander.– Javier Sanabria, director general de Naciones Unidas y Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, ha participado en el seminario Las crisis migratorias: ¿del drama al abandono del modelo de la UE?, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, con una ponencia sobre El papel de España desde el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: la crisis migratoria como uno de los temas candentes.
Uno de los puntos en los que más ha incidido ha sido la agenda de "Mujeres, paz y seguridad", que se ha tratado en la primera reunión de puntos focales que se van a lanzar para que "se fomente el papel de la mujer como agente de paz". Como ejemplo, Sanabria ha citado al documento "Balance de 2015 y prioridades para 2016", que asegura que en el proceso de selección del nuevo secretario general, sustituto de Ban Ki-moon, España se compromete a promover "una distribución geográfica equitativa, basada en el equilibrio de género". Así, se favorecerán "las candidaturas de mujeres y fomentaremos las audiencias a los candidatos" para conseguir el objetivo: "Seleccionar al mejor, preferiblemente una mujer". En este proceso parten con ventaja "las personas de Europa del Este y las mujeres, así que más las mujeres de Europa del Este", ha añadido Sanabria.
Además, ha enumerado otros temas que se tratan en el Consejo de Seguridad, los que centran los nuevos desafíos globales: "El cambio climático, la relación entre el agua y la seguridad y la ciberseguridad". Sin embargo, como ha señalado Sanabria, "entre todas las prioridades no se menciona la palabra inmigración, pero no es un olvido". De esta manera, ha explicado que "el Consejo de Seguridad no se encarga de regular las migraciones", aunque ha admitido que "el fenómeno de los desplazamientos a gran escala es una de las características principales y más problemáticas del mundo contemporáneo, y el Consejo no se puede quedar al margen". Por ello, si bien este tema no le compete al Consejo de Seguridad, "sí lo hace intentar resolver las causas, para que estas personas puedan volver a casa".
En esta línea, ha asegurado que, aunque la migración en sí misma no sea "una amenaza para la seguridad, es consecuencia de quiebras de la paz, de abusos de los Derechos Humanos y provoca que muchas personas tengan que salir de sus países contra su voluntad". Así, ha hecho una división entre los migrantes que se marchan por propia voluntad, los migrantes climáticos, que salen a la fuerza por cambios rápidos o a largo plazo de su hábitat local, y los refugiados, que huyen "por amenazas de muerte, guerras y no tienen ningún tipo de voluntad de salir".
De esta manera, Sanabria ha comentado las cifras que maneja Naciones Unidas: 244 millones de migrantes, 21 de refugiados, tres de peticionarios de asilo y 40 de desplazados internos. Un total de "310 millones de personas con problemas comunes pero fenómenos diferenciables, una separación que es importante". Así, ha asegurado que son "personas con sus derechos fundamentales, derechos humanos, y eso es inviolable".
Sobre la situación en Siria, Sanabria ha explicado que el papel de España es muy importante, ya que es "co-relatora (junto a Nueva Zelanda) del expediente humanitario sobre Siria". Sin embargo, a la hora de sacar una resolución sobre esta situación en el país oriental, "los mayores de la clase (los cinco miembros permanentes) ponen por delante lo político de lo humanitario". Una situación que se repite en Yemen, donde hay "más desplazados y se espera resolver antes el tema político".
Fotografía: UIMP | Juan Manuel Serrano