José Manuel Barat desgrana las aplicaciones de la nanotecnología en la industria alimentaria

Santander.- La nanociencia está presente en multitud de campos, incluida la industria alimentaria. José Manuel Barat, catedrático de Tecnología de los Alimentos en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), se ha encargado de abarcar este tema en su intervención en el curso De la Nanociencia a la Nanotecnología: luces y sombras del control de la materia a escala atómica, que se desarrolla durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).


Barat ha repasado las distintas aplicaciones que en la actualidad tiene la nanotecnología en el ámbito alimentario. En concreto, ha enumerado las investigaciones en el envasado de productos alimenticios, los sensores y maquinaria relacionada con el transporte de alimentos y la adición de ingredientes en forma de nanoalimentos. Además, ha destacado los riesgos de trabajar con partículas a esta escala.

Para este investigador, la vía de investigación más prometedora es la relacionada con los envases. Barat ha afirmado que el uso de nanoarcillas ya es un hecho y que, en estas escalas, sus propiedades hacen que mejoren las características tecnológicas de los envases: “Sigue siendo transparente, mientras que mejoran la impermeabilidad o la transmisión de los gases al exterior”.

Sin embargo, el experto y su equipo trabajan en una línea de investigación relacionada con el transporte de sustancias gracias a las nanopartículas. Su proyecto se centra en la internalización y liberación controlada de sustancias de interés sedimentario. “El objetivo es poder encapsular sustancias con interés nutricional”, ha explicado Barat, quien ha añadido que las causas por las que este proyecto es interesante son: mantener las propiedades de un alimento sin tener que asumir las experiencias sensoriales desagradables y el control de la liberación y ubicación de una sustancia en el organismo.

En cuanto a los riesgos, Barat ha destacado que “el tamaño de estas partículas hace que sean biodisponibles, es decir, que el organismo es capaz de asimilarlas e integrarlas en las células, donde se acumulan”. Actualmente está estudiándose los riesgos de la acumulación de nanopartículas en el organismo humano, pero, según el investigador, este estudio se desarrolla a lo largo de la vida de estas partículas y aún requiere tiempo.

En relación con la seguridad y la evaluación de la calidad de estas sustancias, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria acaba de publicar una guía que analiza los riesgos de alimentos que contienen nanomateriales. Por el momento, Barat ha advertido de la complejidad de concluir resultados extrapolables en los proyectos con tamaño nanométrico: “Hay que desarrollar tanto las técnicas analíticas para determinar que realmente tiene nanomaterial, porque no es evidente, ni es una cosa sencilla, como los procedimientos toxicológicos”, ha sentenciado.

Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018