Santander, 11 de julio de 2022-. “Las plataformas de streaming nos salvaron mentalmente durante la pandemia”, ha comentado José María Montes, director del área internacional de Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual (AISGE) que, además, tiene claro que “debería hacerse justicia a los creadores que tanto nos aportan”. Montes participó la semana pasada en el curso Propiedad intelectual en el mercado único digital que ha organizado la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en colaboración con CEDRO, CIPI, AIE y AISGE.
Solo un 3% de los actores viven dignamente de su trabajo
Según Montes, “no todo son alfombras rojas, la realidad es bien distinta”. Según un reciente estudio de AISGE, “del que se hizo eco incluso el presidente Pedro Sánchez, el 3 % como el porcentaje de intérpretes que viven dignamente de su trabajo”, comenta. De hecho “el resto tienen otros trabajos y en el caso de las mujeres es aún peor. Se quedan sin trabajar después de dar a luz y también cuando llegan a cierta edad”. Es por ello que “creemos hoy más que nunca que es necesario incrementar la protección de los actores e incluso aumentar en el tiempo la protección de los derechos. Ahora mismo una película de hace 50 años no generaría derechos en los actores y sería importante ya que cuando llegan los actores a la tercera edad están muy desamparados”. La efectividad del cobro de estos derechos está, por ejemplo, demostrada en las interminables reposiciones de series como Aquí no hay quien viva o La que se avecina. El paradigma de ello el actor José Luis Gil que es la constatación de que “se puede vivir dignamente, que de eso se trata, la propiedad intelectual existe para incentivar esa labor creativa”.
Retos para AISGE
“A corto plazo el reto de AISGE es incrementar la recaudación todo lo que podamos, eso redundará en beneficio de los artistas”, ha destacado Montes, que tiene claros los principales retos desde AISGE y ha destacado que “hemos detectado que la ficción se ha desplazado de las cadenas de televisión a las plataformas de video on demand”. Montes opina que “de aquí a unos años las cadenas se van a dedicar exclusivamente a las noticias, deportes y a lo más barato y de peor calidad que son los programas del corazón”. El experto recalcó en su intervención en la UIMP que desde AISGE deben “redoblar nuestro esfuerzo en la negociación con las plataformas” y cree que “de aquí a cinco años los derechos que se obtengan por explotación online superarán a los que estemos obteniendo por televisión convencional”.
“Sigue haciendo falta una labor de concienciación, no hay una cultura de respeto a los derechos de propiedad intelectual”, comenta Pilar Cámara, directora del curso que se ha desarrollado en el marco de los Cursos de Verano. Cámara ha comentado cómo a pesar de la irrupción de las plataformas de streaming legales, en nuestro país “no hemos tenido una tradición de respeto”. La piratería ha evolucionado desde lo que ocurría “hace unos años que teníamos el top manta al ámbito digital en el que todo se multiplica”. De ahí la importancia de una labor didáctica como la que hace el Centro de Investigación en Propiedad Intelectual (CIPI) de la Universidad Autónoma de Madrid que dirige. Cámara sentencia que “todos tenemos muy claro que no podemos usar el coche de otro, pero no queda claro que no podamos usar los derechos de propiedad intelectual de otro”.
Aunque el caso de las series y las películas es un hecho con relativa antigüedad en cuanto a gestión de derechos, en la pandemia han sido las artes escénicas las que han tenido que enfrentarse a este tema.
Sin embargo para Montes “hay dos posibilidades: aquellas en la que se graba la representación teatral y luego esa grabación se sube a una plataforma y las interpretaciones en vivo en las que en el patio de butacas en lugar de haber público hay una cámara”.
Para el caso de las grabaciones “los derechos están protegidos en la Ley de propiedad intelectual, con lo cual las entidades de gestión —como AISGE para los artistas y DAMA para los autores— podrán reclamar los derechos de remuneración por la puesta a disposición interactiva de esas interpretaciones”.
En el supuesto de que se trate de una representación en vivo sería distinto. De hecho, según indica Montes, “estaríamos en lo que la SGAE llamaría gran derecho por interpretación en vivo, el público online está pagando una entrada y por supuesto los intérpretes tendrían que cobrar por cada interpretación de ese directo, pero eso es una cosa contractual entre los artistas y el productor”.