Joseph Pérez entra en las aulas de la UIMP para plantear “una revisión casi completa” de la figura de Carlos V

Santander.– El historiador e hispanista francés Joseph Pérez ha tomado las riendas del curso magistral Carlos V, el imperio, Europa y España, que se ha inaugurado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y que se desarrollará a lo largo de toda la semana. Además del curso magistral, Pérez, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2014, protagonizará mañana en el Paraninfo de la Magdalena a las 19 horas la última sesión del ciclo los Martes Literarios, dentro de las actividades culturales de la UIMP.

La primera charla de este curso ha girado en torno a los antepasados de Carlos V y a cómo el gran emperador llegó a la Corona. Joseph Pérez ha explicado que el objetivo del curso es "llevar a cabo una revisión 'casi completa' de lo que significó el reinado de la Casa de Austria en España, es decir, el cambio de dinastía, no solo centrándonos en la figura de Carlos V sino también en sus herederos, Felipe II y los posteriores, Felipe III y Felipe IV".

De esta manera, el también miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia ha explicado que "la llegada de la Casa de Austria supuso el inicio de una progresiva influencia política, económica, religiosa y cultural de la Europa del norte, predominantemente germánica, en detrimento del legado latino y mediterráneo de la España de aquella época". Así, ha explicado que "España se vio entonces sometida a una tradición política ajena a lo que había sido su historia anterior".

Mientras tanto, según ha explicado, "en las tierras germánicas el monarca consideraba sus reinos como parte de su patrimonio familiar y particular, por lo que podía usarlos a su antojo, mientras que en las tierras latinas, herederas de Roma, o en las naciones mediterráneas prevalecía la idea de 'Res Pública', que, como el nombre indica, se opone a la privatización". Esta idea romana defendía el bien común y el ideal de que "el reino no es del rey, sino de la comunidad". A su modo de ver, este es el punto esencial, pues significa que "el reino se comprometía a obedecer las órdenes del monarca y a pagarle impuestos, y el monarca, a su vez, a defender a los súbditos contra los enemigos de fuera y mantener la justicia dentro del reino".

A modo de conclusión, Pérez ha adelantado que "a pesar de todo lo que se ha podido decir y escribir sobre el Imperio", en su opinión, "ha sido una mala cosa para España". Y es que para el profesor "la catástrofe vino con la muerte de Cisneros, el gran hombre de Estado que ha querido y que necesitaba España en el reino, pero que desgraciadamente muere cuando llega Carlos V". Pérez ha explicado que "nada más llegar a Castilla, el desencuentro entre el rey y sus súbditos se hizo patente", y es que "la corte flamenca se las arregló para que Carlos V muriese antes de entrevistarse con el cardenal Cisneros, impidiendo así que este transmitiese de viva voz al rey las cosas que le llamaban la atención".

Crónica de una descendencia fallida

Según ha comentado el profesor "ese cambio de dinastía tiene lugar debido a una serie de circunstancias que hicieron que en enero de 1516 las coronas de Castilla y de Aragón pasaran de la casa de Trastámara a la casa de Austria, en la persona del príncipe Don Carlos". Para Pérez "el cambio de dinastía vino a transformar la política dinástica llevada a cabo por los Reyes Católicos, quienes tenían desde el principio dos objetivos". En primer lugar, según ha indicado el historiador, "acabar con la hostilidad de Portugal y llegar a una unión dinástica de toda la Península Ibérica", y en segundo lugar "confirmar y reforzar los lazos políticos y económicos que existían entre España y Europa del norte, concretamente, con la casa de Borgoña (Flandes), y es que había un intercambio comercial muy intenso entre Castilla, Burgos, Bilbao o Santander y Flandes, concretamente Brujas y Amberes". De esta manera se evitaba el contacto directo con Francia, que se oponía a Castilla y Aragón.

Diversos avatares sucesorios llevaron a que Juana la Loca se convirtiese en la heredera de las Coronas de Castilla y Aragón y su esposo Felipe el Hermoso, heredero de la Casa de Borgoña, fue acusado de aprovechar su posición para mandar en su nombre. A la muerte de la reina Isabel la Católica en 1504, su testamento declaraba a su hija reina y propietaria de Castilla, pero añadía una cláusula por la que en el caso de que no pudiese gobernar (bien por su estado de salud mental o porque no quisiese), el rey don Fernando se haría cargo hasta la mayoría de edad del primogénito, Carlos V. Es entonces cuando se produce una disputa entre el marido, Felipe el Hermoso, y el padre, Fernando el Católico, por la Regencia. Paradójicamente, cuando por fin se proclama la regencia de Felipe el Hermoso, este muere seis meses después y Fernando el Católico tuvo que hacerse cargo.

Debido al estado de salud de Juana, su padre decide encerrarla en el monasterio de Tordesillas para que no tuviese ningún contacto con el exterior y no perjudicase a la corona hasta que su hijo Carlos V cumpliese la mayoría de edad.

Tal como ha explicado el hispanista, la figura de Carlos V recoge cuatro herencias: por parte de su abuela materna la Corona de Castilla y de su abuelo la de Aragón; y por parte de su abuela paterna el Ducado de Borgoña, y de su abuelo los feudos alemanes, entre otros. Por ello, Pérez ha apuntado que Carlos V es un Borgoñón.

En la sesión inaugural, el vicerrector de Innovación y Desarrollo de Proyectos de la UIMP, Rodrigo Martínez-Val, ha indicado que "la universidad tiene dos modalidades de curso que cuida de manera especial: las escuelas y los cursos magistrales", porque logran la "difusión del conocimiento de manera muy especializada en algunos ámbitos y cubren todos los campos del saber". Además, ha añadido que, en concreto, este curso sobre Carlos V se da en unas circunstancias especiales, pues "estamos en el quinto centenario de cuando Carlos V llega a España a hacerse cargo de la Corona". A su juicio, el emperador "comienza una carrera asombrosa, con el desarrollo de un imperio completo, englobando no solo las coronas de los distintos reinos españoles, sino también todo lo que se estaba descubriendo, conquistando y colonizando en América, junto con lo que le precedía por la rama de su abuelo paterno: el Imperio alemán".

Fotografía:  UIMP | Juan Manuel Serrano