Santander.- Escribió su segunda novela, Lo que mueve el mundo, en Sausalito, una pequeña ciudad de California, y su último trabajo, La hora de despertarnos juntos, la comenzó en Nueva York. Y es que, Kirmen Uribe siempre procura “leer, culturizarse y viajar”. Por eso, uno de los temas que más obsesiona a este escritor vasco es la migración: “Tiendo a que mis personajes se desplacen por el mundo, lo que creo que es algo constante en nuestra época”, ha asegurado durante unas declaraciones a los medios con motivo de su intervención en el ciclo Martes literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en colaboración con El Diario Montañés.
En la actualidad, está cerrando “un recorrido muy bonito” que ha vivido con su última novela, traducida simultáneamente al castellano, euskera, gallego y catalán, y que le ha valido el Premio de la Crítica de narrativa en euskera en 2017. Ahora se va a poner “poco a poco” a trabajar en su nuevo proyecto, que seguro que no tiene nada que ver con el anterior: “Procuro cambiar en cada libro, escribir algo nuevo y de manera novedosa. La forma es lo que hace una buena novela”, ha afirmado. En esta ocasión, le gustaría hacer una historia “tal vez de ficción”, en la que se refleje “la diferencia en los individuos, en las sociedades, en las comunidades que han estado silenciadas, desplazadas”.
Para él, la literatura cuenta “la relación que tiene el individuo con el entorno” y es un ejercicio de detenerse y reflexionar, a fin de cuentas, “de la belleza que se construye con las palabras”. De eso sabe bastante la nueva oleada artística de Euskadi a la que se ha referido Uribe: “Estamos en una época de arte vasco muy floreciente. En el ámbito de los que trabajamos con la palabra se hacen cosas de calidad y son proyectos bastante vanguardistas, que tratan de buscar nuevos lenguajes artísticos”, ha considerado sobre su compañeros, “esa generación de la transición, que no ha tenido que construir el mundo, sino vivirlo”.
El Premio de la Crítica de narrativa en euskera en 2017 también se ha referido al País Vasco y a su comportamiento ante el terrorismo etarra: “Creo que la sociedad vasca también ha frenado a ETA. Lo hemos hecho lento, nos hemos callado, pero me parece muy duro decir que ha sido una sociedad enferma”, ha declarado.
Por último, ha expresado su relación con la poesía, una disciplina que considera “que está más viva que nunca”. Él la combina con música o artes plásticas, algo que llama la atención, sobre todo fuera de España, y que le permite relacionarse de manera más cercana con los oyentes: “Leer en público es algo que me encanta y que echo en falta. Uno, cuando recita poemas en público, ve la reacción directa de la gente, y más si va acompañado con música”, ha concluido.
Fotografía: UIMP 2017/ Esteban Cobo