Santander.- "El Nobel a Bob Dylan es como ponerle una medalla al Everest", dijo Leonard Cohen; “Soy un poeta y lo sé”, cantaba el mismo Dylan en I shall be free; “¿Qué es poesía?”, escribió Bécquer; y en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) los participantes reflexionan sobre La canción en disputa entre la música y la literatura. Homenaje a Leonard Cohen. Un encuentro que busca responder si las letras de las canciones pueden considerarse literatura, un debate reabierto tras el galardón de la Academia sueca al cantautor estadounidense, Bob Dylan.
¿Fue pertinente darle a Dylan el Nobel de Literatura?, ¿es lo mismo una letra que un poema?, ¿las expresiones orales forman parte de la literatura?. Marcela Romano, profesora de la Universidad Nacional de Mar del Plata y directora del curso, ha planteado estás preguntas con la intención de hallar alguna respuesta. A su juicio, la legitimación de la canción “podría haber llegado con el premio Nobel”, ya que la Academia justificó el galardón en la creación, por parte de Dylan, de “nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense.”
Según Romano, “Dylan condensa en una misma persona el bando disconforme con la sociedad, el militante político, el poeta inspirado al modo romántico, el poeta de la conciencia, y al divo de masas, que hoy sigue recorriendo el mundo con sus canciones”, de ahí que para muchos “resulta imposible pensar su creación sólo desde la música”.
En la mesa redonda homenaje a Leonard Cohen, se ha comentado la relación del cantautor con España, desde la influencia que en él ejerció Federico García Lorca, hasta su galardón en el año 2011 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Sin embargo, ante la complejidad de abordar su obra y su evolución literaria, Jordi Doce, poeta, crítico y traductor, ha planteado en su ponencia quién es el Leonard Cohen de su primer disco y sus orígenes literarios, una “prehistoria” o “linaje poético más bien particular”.
Cuando publicó Songs of Leonard Cohen era ya considerado un gran poeta, “presente en todas las antologías” de su Canadá natal. Desde un detallado y revelador análisis, Doce ha expuesto la progresión del poeta cuyo primer poemario Comparemos mitologías (1959) emana la influencia de Lorca o la del irlandés William Butler Yeats. “Un primer Cohen en el que es bastante evidente el influjo de la educación judía”, que irá transformándose hasta alcanzar “una forma poética de la tradición hebrea”.
De Irving Layton, su mentor, aprenderá a evitar “cualquier forma de intelectualismo”, y a emplear una poesía más directa y provocadora “enemiga de las buenas maneras”. Según el también poeta, la tercera novela Flores para Hitler, escrita desde la isla de Hidra (Grecia), fue un “libro extremo que hace pareja con Hermosos perdedores”, debido a que ambos poseen “un tono desquiciado, de histeria juvenil”.
Para Doce se trata de una poesía austera, con “un fuerte humor negro” en concordancia con la atmósfera europea de la época. Una etapa que cierra al desaparecer el tono “macabro” de su poesía con su primer disco. “Lo que permanece, sin embargo, es lo decadente”, y “la relevancia especial de su sarcasmo”, ha subrayado.
Por otro lado, el catedrático de la Universidad de Alicante, Ángel Luis Prieto, ha indicado en su intervención que para hablar de ciertos temas en los que están involucrados los sentimientos es “conveniente tomar distancia” y “mirar de lejos a Leonard Cohen no es tarea fácil”. Un planteamiento con “displicencia” del que se extraen algunos rasgos: Una formación estética del autor “tan escrupulosa como cruel” o la carencia de “un mundo concluso en su obra”.
Por su parte, Javier García, profesor Titular de la Universidad de Oviedo, se ha referido a Leonard Cohen como un “cantor del fuego sagrado”, en el que encontramos “flores y escombro al mismo tiempo”. Además, ha destacado la labor de la Cátedra Leonard Cohen de la Universidad de Oviedo que realiza talleres, ciclos y actividades relacionados con esta simbiosis entre la literatura y la música desde sus diferentes perspectivas, de entre las cuales un ejemplo son “las versiones libérrimas” que hizo Joaquín Sabina de Show Me The Place o There Is a War.
Inauguración
En el acto inaugural, Teresa Rodríguez, directora de Cursos para Extranjeros de la UIMP, acompañada por la directora del encuentro Marcela Romano, ha destacado que entre cursos de economía, política o sociedad, este tipo de propuestas otorgan “una dimensión especial a los Cursos Avanzados de la UIMP, que también es un lugar de reflexión para las artes y el pensamiento”.
Otros nombres como Violeta Parra o Leonard Cohen, este último protagonista de la mesa redonda de la primera jornada, serán inspiradores de este encuentro que sitúa como “padre de todos” a Antonio Machado.
Fotografía: Esteban Cobo