Santander.- Una de las cuestiones metafísicas por excelencia es si los seres humanos estamos solos en el universo o si, por el contrario, hay vida más allá de nuestras fronteras espaciales. La XVI International School Of Astrobiology ‘Josep Comas I Solà’, que ha concluido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha tratado de explicar lo que se conoce hasta el momento sobre la posible existencia de vida fuera de la Tierra. Para ello, ha fijado como tema común el ámbito de los biomarcadores.
El investigador del Programa de Astrobiología de la Universidad de Washington, Rory Barnes, el director del Centro de Astrobiología (CSIC- INTA), José Miguel Mas Hesse, y el vicerrector de innovación y desarrollo de proyectos de la UIMP, Rodrigo Martínez-Val Peñalosa, han protagonizado el acto de clausura del curso.
Barnes ha considerado que el curso ha sido “todo un éxito”. Además, ha destacado la importancia que cobran estas jornadas para crear relaciones internacionales entre los alumnos, futuros investigadores, de quienes espera que hayan “aprendido la dificultad de demostrar la existencia de vida en el espacio”.
Por su parte, Mas ha subrayado la importancia de los biomarcadores, pues son las herramientas que rastrean las trazas de vida. Como conclusión, el científico ha mencionado la relativa sencillez con la que, actualmente, los investigadores pueden llegar a los planetas que se encuentran dentro del Sistema Solar, por lo que se ha atrevido a estimar una fecha en la que se demuestre la vida extraterrestre: “tendremos que esperar, aproximadamente al año 2030, para poder confirmar las evidencias”.
Créditos fotografía: Esteban Cobo | UIMP 2018