La expresidenta del TC solicita “una redistribución de la riqueza” para afrontar la revolución digital

Santander.- Se cierne sobre el ámbito laboral un escenario de ciencia ficción que se refleja en datos como este: la alianza entre la digitalización y la globalización de la economía amenazan al 14% de los empleos en todos los países de la OCDE con grandes probabilidades de ser automatizados. La presidenta emérita del Tribunal Constitucional (TC), María Emilia Casas, ha analizado esta tendencia en el XXIV Encuentro del CES de España. La situación socioeconómica y laboral en España. Recuperación, transiciones y desafíos, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

En su ponencia, bajo el título Las transformaciones del derecho del trabajo y perspectiva de futuro, la expresidenta del TC, también catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, ha explicado que “la revolución tecnológica aliada con la globalización” apunta a “una pérdida de la centralidad del trabajo asalariado, ya que las rentas de capital son más importantes que las rentas de trabajo”. Y, en este contexto de cambio, ha planteado que “si caminamos hacia sociedades en que el trabajo pierde ese estatuto de centralidad, la pregunta inmediata es qué pasa con la protección social”.

Este fenómeno, junto al envejecimiento de la población, requiere de un Derecho de Trabajo “encaminado hacia la protección o regulación del trabajo autónomo” además de una “fiscalidad europea sobre la riqueza generada por la tecnología”. “Una redistribución de la riqueza” que se logrará mediante una “anticipación a la transición”, una “justicia tecnológica” y una “voluntad política de gobernar el proceso” porque sin “voluntariedad no hay Estado de Bienestar”, ha subrayado.

Según las macro tendencias, este cambio digital “absolutamente radical va a crear nuevas formas de trabajo que afectarán al mundo tradicional”, como la construcción, la hostelería o la educación. Para la catedrática, las máquinas acompañarán a trabajos de alta cualificación, de contenido tecnológico, y de escasa cualificación, por lo que las categorías intermedias sufrirán especialmente.

Sin embargo, “la polarización del trabajo, que en otros países ha producido la digitalización, en España no la hemos advertido porque ha transcurrido a través, fundamentalmente, de las formas atípicas de empleo de la contratación temporal”, ha explicado. El aumento "previsible" de las relaciones laborales atípicas fruto de la automatización planean sobre el futuro del trabajo en España. “Las formas de trabajar van a sufrir modificaciones y la tendencia será hacia la autonomía laboral más que al trabajo dependiente”, ha indicado Casas.

Por otro lado, ha advertido que el 65% de los alumnos de primaria, según la OCDE, trabajaran en “empleos inexistentes para los que hoy no hay formación determinada”. Ya que “las élites tecnológicas dominarán el mundo”, es necesaria una “acomodación del sistema educativo” y “superar la división entre ciencias y humanidades”.

 

Fotografía: UIMP 2018 | Juan Manuel Serrano