Santander.- Aprender a vivir in situ y focalizar nuestra atención es clave a la hora de ser más creativos, valorar las situaciones sin interferencias y percibir los hechos en el aquí y ahora. Mediante el mindfulness y la inteligencia emocional, adaptados a diferentes contextos y entornos, se adquieren unas competencias útiles a nivel personal y corporativo que se abordarán en el Taller de Inteligencia Emocional y Mindfulness para las organizaciones del siglo XXI.
Durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), el taller desarrollará la aplicación y práctica de dos técnicas que se extienden a un ritmo vertiginoso, más allá del personal, porque sirven para reducir el estrés, así como los síntomas de ansiedad y depresión en el campo laboral o educativo. Según los directores del curso, Montserrat Grañeras, doctora en Psicología, y Rafael Cobo, cofundador del Instituto Mindful Leading, el desarrollo del conocimiento está entrando en “ámbitos relacionados con el ser” donde el mindfulness y la inteligencia emocional tienen “mucho que aportar”.
“Este nuevo enfoque será la palanca del cambio social y cultural de las sociedades modernas”, ha explicado Cobo. Los grandes retos de estas, según el experto, están en “el ámbito de la complejidad de la interacción humana” y se resuelven mediante “competencias que no forman parte de la construcción educativa del siglo veinte, sustentado desde paradigmas muy mecanicistas”. Y en estos “nuevos entornos, necesitamos nuevas competencias”, ha afirmado.
En este sentido, el cofundador del Instituto Mindful Leading ha indicado que de esta carencia surgen situaciones como las cifras récord de estrés en España donde un 59% de los trabajadores sufren esta sensación física y emocional. “Entornos externos que se traducen en una realidad interna” como, por ejemplo, el conocido como PAID o Pressure, Always on, Information overloaded and working in highly Distracted environments. “Una realidad de las organizaciones actuales en las que los empleados atienden cuatro aparatos a la vez, con la saturación de información que conlleva y la obligación de estar conectado constantemente. Ambiente en el que las personas se sienten impotentes a la hora de manejar la distracción y la presión continua.”, ha expuesto.
Tras el análisis del entorno, Cobo ha explicado que analizarán “qué hacen las organizaciones exponenciales que, en este contexto tan complejo, están floreciendo y que son diez veces más rentables que una organización tradicional”. Unas herramientas, que proporcionarán en el curso, para manejar “nuestra energía, nuestra mente, nuestras emociones y nuestras interrelaciones que no tienen relación entre ellas o muy en la superficie”, ha señalado.
Día de acercamiento
En esta primera jornada del taller, Montserrat Grañeras ha invitado a los alumnos a participar en ‘El día del acercamiento’ donde han realizado ejercicios de presentación y preparación de un ecosistema común en torno a una pregunta: ¿Podemos cambiar?
Una cuestión planteada tras exponer el papel de las personas en las organizaciones y la búsqueda del bienestar dentro de las mismas. “En los últimos años hay un cambio de paradigma importante en el que las personas son el gran valor de las organizaciones. Algo que se refleja en programas de formación como los cursos de inteligencia emocional, liderazgo o mindfulness”, algo que, a su juicio, tiene como objetivo que “las personas sean más felices, cuando antes nos daba pudor decirlo”.
En esta línea, Grañeras ha indicado que los equipos humanos “funcionan mucho mejor en un clima laboral apropiado”. Una reflexión que “se irá desgranando durante el curso”, porque “no se trata solo de saber, sino de saber hacer”, ha concluido.
Fotografía: Esteban Cobo