La Ley Electoral, bajo la lupa del ciclo Fundación Transición Española-UIMP

Madrid.- Las fortalezas y debilidades de los mecanismos de representatividad vigentes en España han sido debatidas en la sede de Casa Árabe de Madrid por José Ramón Montero, catedrático de Ciencia Política, y Javier Tajadura, catedrático de Derecho Constitucional, en una mesa redonda moderada por el exministro Rafael Arias-Salgado e incluida dentro del ciclo "La reforma de las instituciones, a debate" organizado por la Fundación Transición Española y la UIMP.

Tras una introducción en la que Arias-Salgado ha manifestado que la ley electoral es "una gran desconocida con una inmerecida mala prensa", Tajadura ha puesto de relieve que la gran asignatura de nuestra democracia continúa siendo "que se han parlamentarizado instituciones que no deberían estarlo, como es el caso del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional". En lo que a la representatividad se refiere, el catedrático estima que la lacra es "la pérdida del vínculo de confianza entre los electores y los elegidos" desde el momento en el que un individuo para ser incluido en las listas sólo necesita la cercanía y afinidad con quien las confecciona", lo que conduce, en su opinión, a una "oligarquización".

Por su parte, Montero ha querido aportar "un diagnóstico razonablemente positivo" del sistema electoral español basado en la proporcionalidad corregida porque, en su opinión, conjuga en términos sensatos representatividad y estabilidad. Ha matizado también que, frente a lo que en ocasiones se defiende, la ley electoral no penaliza en exceso a las minorías porque en estas tres últimas décadas "ningún partido relevante ha quedado excluido del parlamento". Y, en contrapartida, ha indicado, ese sistema ha propiciado "una gran estabilidad de los gobiernos".

También ha estimado Montero que no es cierto que en España se haya enquistado un bipartidismo porque, en todo caso, "hemos tenido dos partidos y medio", en alusión a los nacionalistas. Igualmente, ha manifestado que, según su criterio, "las listas abiertas no son la panacea. Pensemos que cuando dos candidatos de un mismo partido tienen que luchar por un mismo electorado pueden entrar en juego terceros, como por ejemplo constructores o el presidente del club de fútbol de la zona apoyando a uno o a otro, y eso puede dar lugar a mayor corrupción". Los participantes coincidieron en que los sistemas electorales que dan mayor peso a la proporcionalidad resultan más viables en países pequeños que en naciones como España, Francia o Italia.