La postura de los intelectuales ante los populismos, “una reacción romántica hacia la despolitización de la sociedad”

Santander.– El encuentro Populismos, entre lo viejo y lo nuevo ha abierto su segunda jornada con una mesa redonda sobre Intelectuales y populismo donde los profesores de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid Máriam Martínez-Bascuñán, y de la Universidad de Málaga Manuel Arias y el investigador Jorge Sola han puesto sobre la mesa diferentes percepciones de este nexo.

Martínez-Bascuñán ha hecho hincapié en "la responsabilidad política de los intelectuales" pues, a su juicio, deben responder por lo que dicen públicamente porque influyen sobre la realidad social". En caso contrario, se produce "la traición de los intelectuales: no pensar en términos de responsabilidad lo que dicen. Así se conecta con los intelectuales del populismo".
Por otra parte, la doctora en Ciencia Política ha asegurado que en la actualidad hay "una tendencia de despolitización que crea una ciudadanía clientelar que delega en los expertos". Esto es el punto de partida de los populismos: "La aparición de este movimiento es una reacción romántica a esta racionalidad que se fundamenta como la respuesta del pueblo frente a la élite", ha explicado.
Arias ha puesto sobre la mesa las diferentes funciones del intelectual: "La principal es combatir la simplificación ideológica, o esas gafas con las que vemos el mundo desde una perspectiva simplista". También ha señalado que en estos tiempos donde las redes sociales se erigen como talk shows a medida, "para los intelectuales cada vez es más difícil obtener la atención de los demás porque deben contorsionarse para obtenerla y esto les produce heridas narcisistas". De ahí que muchos se guíen por "la lógica del rebelde: el intelectual va a la provocación, a ser anti establishment".
El profesor de Ciencia Política también ha explicado que "el discurso intelectual basado en el tremendismo, la hipérbole o la exageración ayuda a crear las condiciones para la emergencia o el reforzamiento de las tendencias populistas". "Si Varoufakis es una estrella del pop en los medios de comunicación, el votante no se va a sentir tentado de votar reforma, consenso y negociación, sino ruptura con el sistema".
"Es un epíteto que te endosan tus enemigos políticos". Sola ha citado al periodista italiano Marco d'Eramo para definir el populismo, que a su juicio es "un arma arrojadiza". "Las relaciones entre populismo e intelectuales son malas, pero si rascamos un poco, es difícil generalizar sobre el populismo y hay que ser cauteloso con el uso que se hace del término".
Uno de los directores del curso, Manuel Cruz, ha ejercido de moderador y ha explicado que en la actualidad impera "la sociedad del espectáculo que ahora pone las cosas cuesta arriba a los intelectuales de vieja escuela, porque estamos acostumbrados a argumentar, y ahora no es así". De hecho, ha afirmado que numerosos políticos del panorama nacional "ahora no argumentan, tuitean".
Otro de los puntos que ha tratado el catedrático de Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona es la "volatilidad de las propuestas políticas, algo que me preocupa como la ausencia de reclamación de responsabilidad por esa volatilidad". Y es que, en su opinión, "la relación entre ciudadanos y representantes debe ser pensada".

Fotografía: UIMP | Juan Manuel Serrano (pie de foto: Jorge Sola, Manuel Cruz, Manuel Arias y Máriam Martínez-Bascuñán)