Santander.-En la jornada de hoy del encuentro La lengua española como factor de excelencia, que se ha centrado en el uso del español como elemento de cohesión panhispánica, han participado Carlos Augusto Abicalil, director general de Educación, Ciencia y Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca, Santiago Miralles, director general de Casa de América y Miguel Albero, director cultural de la Biblioteca Nacional de España (BNE).
La mesa redonda La cultura como elemento de cohesión panhispánica, moderada por Albero, ha hecho hincapié en diferentes aspectos referentes a cómo nuestro idioma y cultura común pueden servir para crear puentes de unión entre España e Iberoamérica. Por eso, el director cultural de la BNE ha insistido en la necesidad de huir de la retórica en el campo de las relaciones culturales iberoamericanas y pasar a la acción: “Deben existir flujos de intercambios culturales para usar nuestra cultura común en español como elemento de cohesión”.
Por su parte, Abicalil ha expresado la satisfacción que supone que en su país, Brasil, “este idioma tenga el apoyo de los ciudadanos comunes y del mundo universitario y cultural, siendo aún el segundo idioma en las universidades, a pesar del empuje del inglés, el espanglish y el portugués”.
Como ha explicado Miralles, gracias a programas de ayudas como Ibermedia e Iberescena, el cine y el teatro han servido para ayudar a las incipientes industrias culturales de países con menos recursos. El problema es que casi todo el apoyo económico ha partido de España. Y es que antes de la crisis, su funcionamiento era perfecto, pero ahora existe la necesidad de que el resto de países colaboren: “Hay que recuperar los presupuestos culturales de antaño en España y que el resto de países colaboren”, ha declarado.
Por último, durante la mesa redonda, se ha insistido en la necesidad de no intentar seguir un único canon con respecto a lo que se supone que es la cultura española. Según Rivero, “en España se estudian demasiado poco los productos culturales de los países iberoamericanos, lo que hace que se desconozcan en un grado que perjudica a la cohesión panhispánica”. En este sentido, ha criticado los planes de estudio “cada vez más regionales, en detrimento de la cultura común española y de la cultura panhispánica”.