La UIMP lamenta el fallecimiento del pintor Eduardo Arroyo

Santander.- Tras ilustrar la convocatoria de los Cursos Avanzados de Verano 2017, el reconocido artista madrileño Eduardo Arroyo, que ha fallecido el pasado domingo a los 81 años de edad, permanece impasible en la memoria de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), desde la cual, lamentamos enormemente la pérdida de uno de los motores de la modernización de la pintura española.

El mismo año que elaboró el cartel de la UIMP en 2017 -cuando era rector César Nombela-, el polifacético artista también participaba en el encuentro El espacio cultural iberoamericano donde su longevidad no hizo sombra a su lucidez, tras ochenta años a las espaldas y una vida llena de éxitos gracias a su pasmosa habilidad para combinar cultura popular, crítica social, política, narrativa y humor. En este encuentro, Arroyo habló sobre La realidad cultural iberoamericana en una mesa redonda junto a Julio María Sanguinetti, Félix de Azúa y Darío Villanueva.

Durante su turno de palabra, el pintor denunció una situación de “insoportable dictadura de los Estados Unidos” sobre el arte pictórico. Exactamente, se refirió a lo que definió como una “superchería que existe desde hace más de cincuenta y cinco años en lo que respecta a la pintura, una cosa bastante notoria”. Una afirmación que argumentó al enumerar múltiples ejemplos de “una falacia total”, fruto del “papanatismo europeo de considerar la cultura americana como una cosa absolutamente fantástica”, donde destaca hasta “el más tonto de los pintores o artistas americanos”.

Además, en 2010 impartió un curso magistral, Literatura, Pintura, Teatro e Imprenta "Eduardo Arroyo", en el que se estableció una relación entre las diferentes fases de su trabajo en las varias disciplinas que practicaba alternativamente y que demuestran su polifacética actividad creativa. En el curso pretendía instaurar una mirada plural sobre sus obras en pintura, escultura, literatura o teatro. Como él mismo decía: “Es precisamente ese aspecto serial, fragmentario, dividido, esas diferencias estilísticas, esas mezclas… toda esa incoherencia que constituye, finalmente, la coherencia de mi obra”.

Su lenguaje pictórico se construye en base a una pintura literaria y autobiográfica, a menudo articulada en series donde rivalizan la autoironía y lo tragicómico. Los pintores del movimiento artístico Neofiguración o Pintura Neofigurativa, caracterizado por una vuelta a la pintura figurativa frente a la abstracción y al que pertenece Arroyo, tratan los temas de una manera informal y con tendencia expresionista, y surge como reacción al arte abstracto tras la Segunda Guerra Mundial, en especial durante los años 50 y 60.

Esta corriente está centrada en la realidad social y política contemporánea como la que representaba el pintor madrileño, Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2000, y Premio Nacional de Artes Plásticas de España en 1982, cuyas obras cuelgan en los más reputados museos de arte moderno españoles y extranjeros.

 

Fotografía: Alberto Aja | UIMP 2010