Sevilla.– La Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP) ha inaugurado, este viernes 4 de mayo, la exposición y el ciclo de conferencias Lozas Barrocas. La cerámica en los lienzos de Murillo, que organiza conjuntamente con el Ayuntamiento de Sevilla y que permanecerá abierta hasta el 3 de junio en el Centro Cerámica Triana. El acto de inauguración ha corrido a cargo de la primera teniente alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Castreño, la directora de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Sevilla, Encarnación Aguilar, la presidenta de la Federación de Artesanos de Sevilla, Mª Ángeles Terán y la comisaria de la actividad, Eva Díaz Pérez.
En palabras de Aguilar, catedrática de Antropología Social, el objetivo de esta actividad es “plasmar un aspecto muy interesante de la pintura de Murillo, como son las escenas populares de la vida cotidiana de los sevillanos del siglo XVII, pues a partir de las reproducciones de piezas de loza y de barro que aparecen en los cuadros del pintor, los visitantes podrán contemplar el papel que tenían estos enseres en los hogares sevillanos”.
La muestra exhibe reproducciones de los cuadros del artista en los que aparecen bodegones de cántaros, cantarillas, pucheros, jarras, alcarrazas, platos, pocillos y escudillas. Los paneles se acompañan de piezas que emulan las que aparecen en los lienzos, trabajadas por el alfarero Alejandro García, que las ha producido a la manera en la que se fabricaban en el siglo XVII. El objetivo es que el público conozca cómo eran esas piezas a las que Murillo otorgó tanto protagonismo y que conocemos gracias a sus pinturas, pues muchas de ellas no se usan en la actualidad.
La exposición propone un viaje en el tiempo para descubrir la importancia de la cerámica trianera en la obra del maestro Murillo con actividades de inmersión histórica en las que se explican estos objetos en la vida cotidiana de la época y su proceso de elaboración. Para ello, se han planificado visitas guiadas que estarán a cargo del historiador del Arte Antonio Librero Pajuelo y la ceramista y antropóloga Paula Felizón Robles, ambos responsables de proyectos de la Asociación BarroAzul.
Durante su intervención, Castreño ha destacado el papel de Murillo como reportero gráfico de la producción artesana del XVII: “Tras el éxito del arranque expositivo del Año Murillo, queríamos que el pintor estuviera presente en otras zonas de la ciudad y en espacios menos predecibles a través del diálogo con otras artes, como sucede con el gran programa de teatro y danza que acabamos de presentar, y también con esta exposición en la que Murillo cruza el río para instalarse en uno de los barrios con mayor tradición de ceramistas”.
Aunque Murillo no fue un pintor de bodegones, es notable el valor que en sus escenas costumbristas, e incluso en las bíblicas, otorga a las naturalezas muertas, con especial presencia de la alfarería sevillana. “Gracias a esta obsesión del pintor conocemos la relación de las familias de la Sevilla del siglo XVII con estos enseres, muchos en desuso en nuestros días”, ha aportado Castreño. La primera teniente de Alcalde ha recordado, además, la importancia del homenaje que también los artesanos sevillanos del siglo XXI están dedicando al maestro, sumándose, bien a través de la Federación de Artesanos de Sevilla (FAS), bien desde iniciativas privadas, a la celebración del cuarto centenario.
Según la comisaria Díaz Pérez, a través de estas piezas descubrimos “un excepcional apunte sobre la vida cotidiana de entonces, como si Murillo nos sirviera de guía para pasear por las cocinas del pasado y los talleres de alfarería de Triana en su época”. Cuando la también escritora preparaba la documentación histórica de su novela El color de los ángeles, le otorgó gran importancia al descubrimiento de los detalles de la vida cotidiana. “Me di cuenta de que sólo observando los cuadros, uno podía descubrir cómo eran las casas de la época. Otra muestra de la excelencia de Murillo como pintor del natural”.
Por último, la presidenta de la Federación de Artesanos de Sevilla ha señalado que numerosos artesanos de la ciudad, bien desde la institución que preside o desde la iniciativa privada, se están sumando a la celebración del maestro a través de productos de cerámica, bisutería o cristal. “Para el Año Murillo elaboramos un catálogo de piezas que pueden adquirirse en las tiendas oficiales de la efeméride y que están funcionando muy bien. Se trata de ver a Murillo desde los ojos de un artesano del siglo XXI”, ha señalado.