Santander.- Hace prácticamente cien años, se estableció en España el umbral de los 65 años como inicio de la vejez, una cifra que actualmente superan en torno a 13.000 personas a la semana -5.000 superan los 85 cada siete días-. Ninguna otra dinámica ha mostrado tal constancia en su evolución a largo plazo como lo ha hecho la longevidad: “En los últimos 50 años hemos avanzado en prolongar la vida, con condiciones muy aceptables, más que en los últimos 5.000”, ha matizado Emilio Lora-Tamayo, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Lo ha hecho en la inauguración del encuentro Investigación interdisciplinar sobre envejecimiento: el ritmo de la senectud, que se celebra en el marco de los Cursos Avanzados de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), acompañado de Miguel García Guerrero, director general de la Fundación General CSIC, María Dolores Puga, científica titular del CSIC y Miguel Ángel Casermeiro, secretario general de la UIMP.
Lora-Tamayo, que ha atendido a los medios antes del acto inaugural, ha valorado que hoy en día se envejece mejor: “El problema está cuando este envejecimiento ya adquiere tintes de dependencia, cuya frontera se ha retrasado bastante”, concretamente hasta “los primeros años de los 80”, ha asegurado.
El presidente del CSIC ha afirmado que el avance en el conocimiento científico ha sido “el motor fundamental” del logro en el avance de la longevidad, pero que tampoco hay “tiempo para la complacencia”, porque el aumento de la expectativa de vida “está cambiando los modos en los que vivimos, trabajamos y aprendemos”. Por ello ha precisado que desde el ámbito científico se ha de seguir trabajando para abordar el reto de “marcar diferencia en las vidas de millones de futuros mayores”.
Un reto sobre el que se ha de trabajar de manera interdisciplinar, ha dicho Lora-Tamayo, “posibilitando una aproximación más ancha y profunda a los rincones que nos quedan por conocer sobre las etapas avanzadas”. “Existe probablemente demasiada fragmentación en el abordaje científico de un fenómeno tan amplio y tan complejo” como el del envejecimiento, ha subrayado el presidente del CSIC.
Vivir más, pero también mejor
Por su parte, Guerrero ha vuelto a incidir en esa interdisciplinariedad, pues el reto del envejecimiento es “una carrera de fondo” y una situación que plantea “nuevos retos sociales, económicos, tecnológicos y sanitarios”. Al mismo tiempo, el director general de la Fundación CSIC ha destacado que el fenómeno de la senectud genera “nuevas necesidades y en consecuencia también nuevas oportunidades”, porque “se trata de vivir más, pero sobre todo de vivir mejor”.
Vivir más, porque como Puga ha detallado, “durante el último siglo y medio hemos ganado seis horas de vida por cada día que sobrevivimos”. Sin embargo, el aumento en la expectativa de vida “nos está transformando en sociedades más añejas, lo que nos permite transitar por periodos de vida apenas explorados por generaciones previas”, ha afirmado la científica titular del CSIC. “Este escenario ofrece algunos de los más sugestivos retos a los que se enfrenta la investigación científica en la actualidad”, ha concluido la también directora del curso.
Fotografía: UIMP 2017 | Esteban Cobo