Santander.- El encuentro Las empresas multilatinas y su impacto en el desarrollo y la integración iberoamericana que tiene lugar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha celebrado una mesa redonda, moderada por Josep Piqué, presidente de la Fundación Iberoamericana Empresarial, sobre Gobernanza empresarial y buenas prácticas en la Comunidad Iberoamericana, en la que han participado Ángel Alloza, CEO y secretario general de la Fundación Corporate Excellente, Trinidad Jiménez, vicepresidenta de la Fundación Iberoamericana Empresarial (FIE), directora de la Estrategia Global de Asuntos Públicos de Telefónica y ex ministra de Asuntos Exteriores, Ángel Melguizo, director de la Unidad de América Latina de la OCDE, Cándido Paz-Ares, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad Autónoma de Madrid y socio de Uría Menéndez y Germán Ríos, director Corporativo De Asuntos Estratégicos CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Piqué ha destacado que la incorporación de códigos de responsabilidad corporativa supone “un referente ético, de transparencia y de seguridad jurídica”. Se trata de un “tema muy serio por estar ligado a la prevención de la corrupción político-empresarial”, ha asegurado.
Por su parte, Alloza ha señalado que “desde 2009 se ha producido una quiebra de confianza por parte de los ciudadanos que se ha extendido a todo el tejido empresarial, no solo a la banca”. De este modo, ha apuntado que “la gestión de la reputación y de la confianza se ha convertido en un elemento clave, especialmente en un momento de gran transparencia en el que la simetría de la información ha dejado de existir”.
Por otro lado, Jiménez ha destacado que un adecuado código de buen gobierno “debe responder ante los propietarios y accionistas de las compañías, los empleados y la sociedad”, debido a que las empresas son “un eje fundamental en el crecimiento económico de la sociedad, y por ello deben tener la confianza de la ciudadanía”. Asimismo, la ex ministra ha apuntado que todos los consejos de administración deberían cumplir en materia de diversidad de género: “Está demostrado por distintos estudios académicos que las empresas más diversas son las más competitivas y eficaces”.
Además, Jiménez ha apostado porque “la participación de consejeros independientes críticos y profesionales, la diversidad de competencias y una mayor responsabilidad en evaluación y rendición de cuentas” deberían ser las características fundamentales, en materia de buen gobierno, en todo consejo de administración.
En su posterior intervención, Melguizo ha asegurado que es “el momento para redefinir la relación entre el Estado y las empresas, y en ello la gobernanza empresarial es un elemento clave”. En el caso de América Latina “uno de los retos sociales que se afrontan es la informalidad, que no ilegalidad, porque cerca de 130 millones de latinoamericanos trabajan sin contrato escrito”. El sector empresarial “tiene la posibilidad y la responsabilidad social de ayudar a los Estados”, ha asegurado Melguizo.
En esta línea, ha intervenido Ríos Méndez quien ha destacado la importancia de los códigos de buen gobierno en América Latina, especialmente en el ámbito de las empresas públicas: “Su responsabilidad es mucho mayor por su componente fiscal, deben ser transparentes para que los ciudadanos tengan la certeza de lo que hacen”.
Paz-Ares, por su parte, ha insistido en que “el gran problema de los mercados es que los beneficios no se distribuyen de manera simétrica”. La misión fundamental del gobierno corporativo, ha explicado, es “aportar herramientas para alinear los intereses de los insiders con los de los outsiders”. Las mejoras en buen gobierno “conducen a mejoras en los resultados”, ha afirmado Paz-Ares cuando ha recordado las palabras de Emilia Pardo Bazán: “Si la honestidad no fuera un deber sería un cálculo”.
Fotografía: Crédito UIMP 2017/ Esteban Cobo