Santander.- A los verbos pseudo-impersonales como “gustar” los llama verbos “a mí me”. Para referirse a campos semánticos dice que algunas palabras “tienen primos”. Manuel Pérez Saiz, profesor de Gramática en la Universidad de Cantabria, huye de la terminología, y como no encontraba el sistema de enseñanza definitivo decidió crear uno propio. Diez años después, ha logrado enseñar español con un reloj, que explica en su libro Método de los Relojes. Gramática descriptiva del español. Y esta semana, participa en el curso Introducción al Método de los Relojes. Una nueva manera de enseñar la gramática del español a extranjeros, que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Pérez ha explicado cómo su método “expone una alternativa seria y contrastada para llevar a cabo en el aula una descripción sistemática de la gramática, orientada principalmente a la enseñanza del español como segunda lengua”. La idea principal es que “la gramática en español tiene doce comportamientos diferentes, de ahí la idea del reloj. Cada hora es un comportamiento. El reloj es un mapa mental”, ha señalado.
A partir de esta división en doce categorías, Pérez ha explicado la primera de ellas, que trata de mostrar cuándo usar infinitivo o subjuntivo a través de diferentes nexos, por ejemplo con ‘para’: “Si vamos a formar una frase con ‘para’ y queremos usar un verbo podemos elegir entre dos opciones: infinitivo o subjuntivo. ‘Yo trabajo para ganar dinero’ o ‘yo trabajo para que tú ganes dinero’. Solo existen estas dos formas. Este es el primero de los 12 comportamientos gramaticales que tiene el reloj”. Así, Pérez ha comentado que para saber cuándo usar infinitivo o subjuntivo con estos nexos “hay que fijarse en la persona. Si el que ejecuta la acción soy yo, será infinitivo. Si es cualquier otra persona será subjuntivo. No se puede decir ‘yo trabajo para que tú gano dinero’”.
No es un caso aislado. Otro ejemplo de esta estructura es la partícula ‘antes de’: “Puedes decir ‘yo me ducho antes de ir a trabajar’ o ‘yo me ducho antes de que vayas a trabajar’. En el primer grupo hay más de veinte nexos que funcionan así”.
La organización del contenido no es casual. Pérez ha explicado que “las seis primeras horas son las más frecuentes y las más difíciles. Lo hago así porque creo que si empiezas por la parte más compleja se genera una base muy sólida en los alumnos”. Las horas más complicadas son “la cuatro y la seis”, porque son las que se refieren “al uso de los relativos y esto exige una madurez lingüística que cuesta mucho adquirir”, ha concluido.
Fotografía: Juan Manuel Serrano Arce