Santander, 12 de julio de 2022.- “Actuar de forma temprana es clave para que las conductas suicidas en adolescentes no se vuelvan a repetir”. Este es uno de los mensajes que ha dado María Fé Bravo Ortiz, jefa de Psiquiatría, Psicología Clínica y Salud Mental del Hospital Universitario La Paz de Madrid, en la rueda de prensa posterior a la sesión inaugural del curso ¿Qué hacer ante la epidemia de conductas suicidas en los jóvenes? Un enfoque multidimensional en la prevención del suicidio, que ha protagonizado junto a Arancha Ortiz, coordinadora Unidad de Psiquiatría Infantil y de Adolescencia en el Hospital Universitario de la Paz, y Gonzalo Martínez-Alés, investigador en el Programa de Inferencia Causal (CAUSALab) de la Universidad de Harvard.
Incremento conductas suicidas
La doctora Bravo ha señalado el claro incremento de las conductas suicidas en adolescentes: autolesiones frecuentes con una finalidad ansiolítica e intentos suicidas que motivan sus intervenciones en urgencias e ingresos. Un hecho que se pone de manifiesto en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, donde se ha realizado un estudio que demuestra que, a partir de octubre de 2020, ha aumentado la presencia de adolescentes en urgencias por estos problemas.
Bravo ha apuntado que la causa de muerte por suicidio es en adolescentes una “causa importante” mientras que Gonzalo Martínez-Alés, investigador en el Programa de Inferencia Causal (CAUSALab) de la Universidad de Harvard, ha agregado que existe una “variabilidad enorme” a nivel mundial con respecto a los motivos que derivan a estas actuaciones y que dependen, en gran medida, de los países, regiones, grupos de edad y grupos sociales a los que se pertenece.
Con respecto a la pandemia, ha indicado que no hay un efecto claro sobre el suicidio desde una perspectiva global, que queda supeditado al contexto y a las medidas que cada país puso ante el efecto particular que tuviera. En el caso de España, dentro de la causa general de la pandemia, los suicidios dependen de “causas secundarias” como los fallecimientos, el factor económico, o el aislamiento.
Martínez-Alés ha subrayado que, fundamentalmente, las diferencias que causan el sucidio durante la pandemia han dependido de los países, grupos de edad, razas, etnias, clase social; diferentes factores que dificultan el tener una idea general y ponen de manifiesto cómo de complejo ha sido este fenómeno.
Otra dificultad añadida y apuntada por Bravo es conocer el número total de intentos de suicidios, pues solo se registran los que llegan a los hospitales. “No hay un registro homogéneo y existen distintos perfiles dependiendo de los intentos de suicidio y las autolesiones. No obstante, conocer a las personas que en un momento determinado realizan esas conductas da claves para conocer las estrategias de intervención”, ha agregado.
Atención primaria
“En las situaciones de crisis, siempre hay disponibles profesionales en nuestro país”, ha afirmado la doctora Bravo, al tiempo que ha agregado que durante el año, más de la cuarta parte de personas que se atienden en el Hospital Universitario La Paz acude por situaciones de crisis vinculadas a ideas suicidas.
Bravo ha apuntado que los recursos de profesionales en salud mental en España, en cuanto a los ratios, son menores que en muchos lugares, y ha defendido que “deben de ser suficientes para atender a las personas con trastornos mentales graves como depresiones, trastornos de ansiedad, obsesivos o de personalidad”.
“Es cierto que no hay suficientes profesionales para llegar a las necesidades de todo el mundo pero tiene que haber una priorización para las personas más graves y una labor de estimular los recursos y el autocuidado de la salud mental, también por parte de instituciones que dan atención a esa problemática”, ha concluido.
Redes sociales y salud mental
Arancha Ortiz, coordinadora Unidad de Psiquiatría Infantil y de Adolescencia en el Hospital Universitario de la Paz, ha subrayado que las redes sociales en adolescentes tienen dos aspectos fundamentales, positivos y negativos. En cuanto a los “no tan positivos”, ha destacado la exposición muy idealizada de los mismos, que no coincide con la realidad, y puede generar mucha frustración y sensación de que uno “no es suficientemente bueno”; un hecho que a su juicio puede derivar en el proceso de suicidio. Con respecto a los beneficios de estas herramientas, ha señalado cómo las redes sociales han permitido el contacto de los más jóvenes con sus iguales, por ejemplo, durante la pandemia, o cómo los adolescentes las utilizan para pedir ayuda en situaciones desesperadas.
El curso
El curso, enmarcado en los Cursos de Verano 2022 de Santander, en el 90 aniversario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), aborda la reflexión sobre los distintos aspectos, factores y estrategias que se pueden llevar a cabo para prevenir las conductas suicidas. Durante la cita académica, se contextualiza esta problemática desde un punto de vista de salud pública; como un desafío que la sociedad tiene que enfrentar en su conjunto teniendo en cuenta los distintos determinantes —situación personal, circunstancias, contexto, y elementos sociales—.
Para examinar cómo la pandemia ha podido incidir en las conductas suicidas en los adolescentes, desde el curso se plantean los nuevos escenarios en los que se encuentra este grupo de población con motivo de la crisis sanitaria: aislamiento, ruptura de sus rutinas, escolarización online, falta de contacto con los compañeros, o relaciones muy prolongadas en el tiempo con la familia que han podido tener un efecto de apoyo pero también ser catalizadoras de conflictos.
Este encuentro contará, además, con la presencia de Katherine Keyes, epidemióloga de la Universidad de Columbia, que está investigando a día de hoy sobre el impacto que la utilización de redes sociales y medios tecnológicos tienen en los jóvenes; y sobre los pros y contras de estas herramientas que conllevan que se elimine el contacto cara a cara. También tendrá lugar una sesión centrada en cómo determinados acontecimientos vitales repercuten en esta emergencia de conductas autolesivas y suicidas de los adolescentes, al igual que padecer enfermedades mentales como la depresión.
El curso ofrecerá, en este sentido, un espacio para que distintos agentes — supervivientes y familiares de personas que han sufrido estas conductas—, reflexionen en una mesa redonda en la que también participarán las segundas víctimas, los profesionales.
Por su parte, la psiquiatra ha explicado que también será objeto de debate durante estas jornadas el papel de los medios de comunicación, que deben informar “responsablemente” para que el tratamiento de estos sucesos no produzca un impacto negativo en las personas y, en concreto, en los adolescentes, “que son mucho más sensibles”.
La estrategia a nivel nacional de salud mental, que cuenta con una línea específica dedicada a la prevencion del suicidio, será analizada durante la cita académica al igual que las medidas que se han puesto en marcha desde el ministerio de Sanidad con la campaña ‘Llama a la vida’ y el número de teléfono 022.
Este encuentro se ha organizado con el patrocinio de Janssen, la Fundación Universidad Autónoma de Madrid, la cátedra UAM–Asisa en Gestión Sanitaria y Economía de la Salud y la Sociedad Española de Epidemiología.