Mircea Cărtărescu: “Un escritor es un pájaro libre que debería rechazar cualquier tipo de jaula, incluso una de oro”

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Santander, 30 de agosto de 2022.- El escritor Mircea Cărtărescu, el más importante narrador rumano de la actualidad, ha acudido este martes al Palacio de la Magdalena, sede de los Cursos de Verano 2022 de Santander de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), para presentar su última obra, El ala derecha (Impedimenta, 2022), la tercera entrega de su trilogía Cegador; impartir el curso magistral ‘El Autor y su Obra: Mircea Cărtărescu. Sobre literatura y otros demonios’; y protagonizar los ‘Martes literarios’ que transcurrirá en la Sala Riancho del Palacio a partir de las 19:00 horas y se enmarcan en las actividades culturales programadas por la entidad académica.

Mircea Cărtărescu ha afirmado que es un “gran honor” ser invitado por la UIMP, “una de las universidades más famosas del mundo”, para impartir este curso magistral y ser reconocido como doctor ‘honoris causa’ de la institución el próximo jueves 1 de septiembre. El escritor ha reconocido ante los medios de comunicación que es “una gran alegría” culminar su carrera dedicando cinco días junto a los alumnos de esta cita porque es un “auténtico sueño” hablar de literatura, la cual ha descrito como “la pasión de su vida”.

Cărtărescu, que ha asegurado que no se imagina “haciendo ninguna otra cosa” y ha recordado que, además de ser escritor, ha dedicado 31 años de su vida a ejercer de profesor en la Universidad de Bucarest (Rumanía), ha dicho que es “muy importante” transformar la vocación en una profesión.

Sobre su faceta periodística, el autor ha explicado que, como tal,  durante los últimos 25 años ha tratado de contribuir a la vida política y social de su país ayudando a las personas a “conocerse”, a respetar a las minorías y, en definitiva, a todos aquellos que viven en Rumanía sea cual sea su género o etnia: “Intento influenciar de una forma positiva en mis compatriotas y luchar contra la corrupción, el vicio más importante de los políticos. También, contra las posturas extremistas y tener un impacto en la evolución política de mi país”.

El escritor ha afirmado estar orgulloso, mediante la escritura de sus artículos –que también versan sobre la cultura y literatura rumana–, de la contribución que hace al “bienestar” de sus paisanos, aunque ha confesado sentirse en ocasiones “un poco decepcionado” por creer que su aportación, al igual que la de otros intelectuales, “va a ser inútil porque los políticos siguen comportándose de una manera errónea”.

Literatura y censura

Cărtărescu ha respondido, a preguntas de los periodistas, que durante la dictadura en Rumanía había una enorme censura que sentían los autores cada vez que querían publicar sus obras y que también sufrieron sus libros, que aunque no eran considerados directamente como críticos al régimen, mostraban un gran grado de libertad que ofendía a los profesionales que se dedicaban a censar: “Los auténticos escritores e intelectuales nunca colaboraron con el Gobierno. Todo lo contrario. Muchos estaban en contra. Eran disidentes. La censura fue una gran lacra y siempre ha sido un problema en todas las dictaduras. Supongo que con Franco también”.

No obstante, el poeta ha señalado que la censura no acabó con el final de la dictadura en Rumanía y que en los años 90 la gente no estaba interesada en la literatura, al tiempo que las revistas literarias ya no tenían lectores debido al auge de la literatura comercial. En este sentido, Cărtărescu ha expresado que la importación de literatura americana, francesa y alemana “sin verdadero valor real” sofocó a la “literatura humana real”.

“Hay tantos libros malos que son objetos comunes como una lavadora o un coche o una nevera y que de alguna forma las personas los necesitan, pero no de forma cultural e intelectual”. Los libros “honestos” son un nicho pequeño del mercado y no venden muy bien con alguna excepción a juicio del escritor, que ha manifestado que no encuentran al público que solían tener anteriormente. Un reflejo de que, en su opinión, la censura continúa.

Censura ideológica

Cărtărescu ha remarcado que está en contra de todo tipo de extremismos y ha intentado escoger sus ideas haciendo “movimientos en zigzag” para no decantarse por “ir a izquierda o la derecha totalmente”, algo que a su parecer sería un “desequilibro” y provocaría que “el barco se hundiera bajo el agua”.

En esta línea, el poeta ha dicho que “no hay ningún sistema político bueno”. La democracia sería el sistema político “menos malo” para Cărtărescu, pero las personas no pueden ser bien gobernadas desde su punto de vista. “Estar en contra de cualquier régimen político es ser libre”, ha considerado.

Para el autor, el papel del artista en sociedad consiste en mantener la libertad porque “siendo libre se está en contra de cualquier tipo de opresión, y todos los regímenes tienen un nivel de opresión”. A este respecto, ha mantenido que nunca comparará un régimen democrático con un régimen dictatorial aunque “un escritor es como un pájaro libre que debería rechazar cualquier tipo de jaula, incluso una jaula de oro”.

“Una canción o un poema sobre el amor podría ser muy peligroso para cualquier régimen si muestra la libertad interna”, ha asegurado a la vez que ha defendido que el poeta no es alguien “que tenga la cabeza en las nubes”. “Es un revolucionario y siempre debería seguir siéndolo. Es la razón por la que sufrieron tanto en regímenes fascistas y comunistas totalitarios, porque se intentaba controlar incluso sus sueños”, ha comentado.

“La literatura, la poesía y la música tienen algo subversivo en ellos y hacen sospechosos a los artistas en la mirada de los políticos”, ha concluido.

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