Peciuriene aboga por “centrar esfuerzos” en la recopilación de datos para mejorar las políticas de género de la UE

Santander.- La coordinadora del Programa contra la Violencia de Género del Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE), Jurgita Peciuriene, ha participado en el encuentro Violencia machista, cultura y sociedad que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Durante su intervención, Peciuriene ha asegurado que el Instituto Europeo de Igualdad de Género “proporciona conocimiento” a la Unión Europea (UE) para favorecer políticas de género “más apropiadas”, con el objetivo de erradicar la violencia sobre mujeres y niñas. Esta tarea supone todo un “desafío”, ha reconocido, ya que los Estados miembro tienen necesidades muy distintas: “El nivel de violencia varía mucho de unos países a otros y también la forma en la que se recogen los datos”. Desde el EIGE, ha explicado, se trabaja para aportar herramientas y mecanismos que contribuyan a terminar con las diferentes brechas de género.

En este sentido Peciuriene ha recordado algunos datos: “la brecha salarial en la UE es del 20%, el empleo a tiempo completo de las mujeres es del 16% y solo un 27% de titulares de carteras ministeriales son mujeres”. Respecto a la violencia de género, ha añadido, que “el 33% de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia desde los 15 años”. Así, la coordinadora del Programa contra la Violencia de Género del EIGE ha explicado que de cara a favorecer mejores políticas de género los países de la UE tienen que “centrar esfuerzos” en la recopilación de datos, ya que, como ha indicado, en muchos países los datos son escasos o existen “muchas trabas” para trabajar con ellos. Esto ha considerado que debe cambiar, porque “la UE tiene que tener acceso a mejores datos” y en la actualidad los datos “muestran una realidad muy pequeña de lo que de verdad ocurre”.

Asimismo, Peciuriene ha hecho hincapié en la necesidad de “definiciones legales”, porque hay conceptos que no están reconocidos de la misma manera en todos los Estados miembro. Es el caso, por ejemplo, de la violencia sexual, la violencia psicológica o la violencia económica.

Mutilación genital femenina

Por otro lado, la experta ha destacado que el EIGE trabaja para que la igualdad entre mujeres y hombres “sea una realidad tanto dentro de la UE como fuera”. Por eso, a pesar de no poder trabajar más allá de las fronteras comunitarias, Peciuriene ha explicado que una parte importante de la labor del Instituto se centra en erradicar la mutilación genital femenina, una práctica que afecta a niñas de entre 0 y 15 años principalmente en África, a través de diferentes instrumentos, como evaluaciones y recomendaciones.

“La mutilación es un tipo de violencia de género muy grave, las niñas y las mujeres de diferentes generaciones requieren apoyo”. En el caso de Europa, ha explicado, “el principal factor de riesgo son los viajes a los países de origen”, lo que dificulta, ha continuado, hacer estimaciones sobre las mujeres y niñas que sufren esta práctica. En los Estados miembro “está penalizada” y, en concreto, Italia, Irlanda y Reino Unido “tienen una ley específica para la ablación”. Asimismo, ha explicado que, según el principio de extraterritorialidad, toda práctica que se realice en un país de la UE será penalizada en su país de residencia comunitaria.

En cuanto a los retos, Peciuriene ha señalado que la hoja de ruta pasa por hacer un “seguimiento colectivo para identificar a las personas en riesgo”, “evitar estigmatizar a las mujeres que proceden de determinados países”, así como “implicar a todas las partes interesadas” y, en especial, a las comunidades que tienen entre sus tradiciones la mutilación genital femenina pues, a su juicio, es fundamental tener una “idea clara para hacer política”.

Respecto a las cifras que se utilizan habitualmente en los medios de comunicación sobre las mujeres y niñas que sufren o pueden sufrir esta práctica en Europa, Peciuriene ha animado a ser “muy cautos”: “Es mejor hacer estimaciones, porque los datos pueden cambiar”. Por ejemplo, ha añadido, “hay que tener en cuenta los cambios derivados de la migración”. La coordinadora del Programa contra la Violencia de Género del EIGE ha abogado también por “políticas centradas en la salud y la educación”, así como establecer “directrices nacionales para los profesionales”, ya que, en su opinión, “falta información y formación sobre cómo reconocer los casos y gestionarlos”.

Violencia digital contra las mujeres

En último lugar, Peciuriene ha destacado que “una de cada tres mujeres ha experimentado violencia online a lo largo su vida” y esto “cada vez es más generalizado”, como consecuencia del aumento de la conectividad. Tal y como ha explicado, las formas más comunes de violencia digital hacia las mujeres son el “ciberacoso” y el “porno vengativo, es decir, la difusión de imágenes con contenido sexual generalmente por parte de exparejas”. Sobre esto, Peciuriene ha apuntado: “No se castiga suficiente o directamente no se castiga en algunos países” y se trata de una “continuación de la violencia que se produce en el mundo físico”. En esta línea, por ejemplo, ha detallado que “las mujeres se ven más afectadas” por el discurso del odio que se dirige contra la clase política, debido a que las formas de ataque son más violentas.

Frente a este tipo de actuaciones, la experta ha reclamado “más campañas de concienciación”, “definiciones legales concretas”, “una perspectiva de género en las políticas”, así como “implicación por parte del sector de las TIC”.

Fotografía: Esteban Cobo | UIMP 2018