Santander.- “Europa, entendida como entidad política, o permanece unida o dejará de existir”. Así se ha expresado Rafael de la Sierra, consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno de Cantabria, que ha participado en la inauguración del encuentro Brexit: un antes y un después en la historia de la Unión Europea, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), junto a Inma Valencia, directora de la Oficina del Gobierno de Cantabria en Bruselas, y Rodrigo Martínez-Val, vicerrector de Innovación y Desarrollo de Proyectos de la UIMP.
De la Sierra ha defendido la unidad de la Unión Europea y también la ha reivindicado como “espacio de valores, libertad, democracia, bienestar y solidaridad, que debemos mantener, consolidar y desarrollar de cara al futuro”, porque a pesar de los diferentes problemas que acucian actualmente a la UE, “no hay espacio en el mundo” donde estos valores “estén más y mejor garantizados”, ha asegurado.
Una serie de valores, virtudes y fortalezas que “sería un suicidio poner en cuestión y peor todavía abandonar”, ha dicho el consejero. Porque para enfrentar los problemas actuales de la Unión Europea –terrorismo islamista, protestas sociales, entre otros-, De la Sierra ha considerado que se están planteando “decisiones en contra de la esencia de la UE, de su tradición y de sus principios básicos”.
Entre esas decisiones ha enumerado, por ejemplo, el hecho de “defender la seguridad con inaceptables restricciones de la libertad, o cuestionar la universalidad de la garantía de derechos como la salud, la educación o el bienestar social, bajo la excusa de la inestabilidad financiera a cualquier precio”. De esa manera, ha concluido, “se está yendo en contra del instrumento que ha servido precisamente para conseguir y garantizar” los principios que reonoce el artículo 6.1. del Tratado de Maastricht, con el que ha cerrado su discurso: “La Unión reconoce los derechos, libertades y principios enunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 7 de diciembre de 2000”.
Fotografía: UIMP 2017 | Esteban Cobo