Valencia.- La sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Valencia ha celebrado, este viernes 2 de marzo, la última sesión de Filópolis III. Seminario permanente de filosofía política, dirigido por Antonio Lastra, del Instituto Franklin de Investigación de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá.
En la clausura, en la que ha participado el director de la UIMP Valencia, Agustín Domingo, el licenciado en Filosofía, investigador y traductor, Adolfo Llopis ha reflexionado sobre un tema poco tratado: la relación de Wittgenstein con la política, que aunque no esté citada expresamente en sus obras, puede estudiarse atendiendo a algunos fragmentos. En ellos se observa que no existe una diferencia entre la teoría y la práctica, lo que podría evocar influencias hegelianas.
Desde esta perspectiva, Wittgenstein puede ser útil para la política desde el momento en el que exige una mayor claridad. De esta forma, se debería preguntar al político qué quiere decir cuando proclama las palabras “talismán”, que generan lealtades y afinidades tan profundas, pero que pueden ser confusas y desorientadoras. Porque quizá, -ha recordado a Ortega y Gasset-, “mientras la filosofía aclara, la política oscurece”. Desde esta interpretación, Wittgenstein continuaría la senda de Schopenhauer o Plotino, forzando los límites del lenguaje o de la política.
También ha recordado el último discurso de Pier Paolo Pasolini, Lo scandalo Radicale, cuando el director de cine citó a Wittgenstein para exigir a Panella, el responsable del Partido Radical Italiano, un nuevo lenguaje para cambiar la política.