Sede donde se gestiona
Santander
Lugar de impartición
Santander - Península de la Magdalena (Salón de Baile)
Dirección
Manuel Trujillo Pérez-LanzacProfesor de Psiquiatría
New York University, EE.UU
Director del Programa Public and Global Psychiatry
Vicepresidente de la Fundación Castilla del Pino
José María Valls BlancoProfesor Titular de Psiquiatría
Universidad de CórdobaSecretaría
Manuel Martín-LoechesCatedrático de Psicobiología
Universidad Complutense de Madrid
Responsable Sección de Neurociencia Cognitiva
Centro UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humano, MadridCOLABORACIÓN
Descripción de la actividad
En 2017, la Escuela de Psiquiatría y Ciencias de la conducta “Carlos Castilla del Pino” se dedicó a estudiar la Teoría de la Evolución a nivel macro; el nivel de las leyes que gobiernan la aparición de las especies en la Tierra y su posterior evolución. Pusimos especial énfasis en la importancia de la aparición del cerebro y del impacto de la evolución en la adquisición, por parte de los seres dotados de cerebro, de capacidades cognitivas y funcionales muy complejas. Funciones que – como aprendimos durante el curso- aparecen en el
Homo neanderthalensis, aunque clásicamente se pensaba que eran exclusivas del
Homo sapiens.
En 2018, pretendemos profundizar nuestros conocimientos en el aspecto ontogenético de la evolución; de cómo la evolución contribuye a hacernos lo que somos. Para ello, hemos convocado a científicos cuyas ideas y cuyos hallazgos nos abren nuevos y más profundos, puntos de vista sobre nuestro desarrollo ontogenético: cómo se desarrolla (cómo se construye) el sujeto.
El sujeto, clave esencial para que los seres humanos podamos entendernos a nosotros mismos, ha sido tradicionalmente ignorado por las llamadas “ciencias objetivas” que han considerado la “subjetividad” un estorbo para la ciencia. Fue mérito indiscutible de Castilla del Pino incorporar “el sujeto” al centro de toda ciencia humana y de articular una hermenéutica rigurosa que nos permita su estudio científico. Y es mérito de su discípulo José Valls hacer que no se nos olvide.
Queremos saber qué nos dice la neurociencia sobre el desarrollo del Yo, componente ejecutivo, funcional y más visible del sujeto. Para ello Gerry Leisman de la Universidad de Haifa, nos hablará de su visión del Yo como un sistema complejo capaz de auto-organizarse a fin de responder a las exigencias – complicadas, múltiples y cambiantes – que el “medio” humano nos presenta. Cómo nos hacemos humanos y cómo nos diferenciamos en hombres y mujeres. Cómo hemos de abordar los retos que plantean los diversos, y a veces graves, conflictos derivados de las diferencias de género: conflictos que hoy están en primer plano en todas las agendas políticas y sociales del mundo. Cómo abordar el “malestar” en las culturas posmodernas; culturas que generan socializaciones imperfectas.
Hablaremos sobre los ingredientes necesarios para abordar una socialización más robusta; cómo ha de ser la crianza en el apego, y en el cultivo de vínculos más profundamente humanos. Hablaremos, también, de la dialéctica individuo-cultura; de cuáles son hoy sus logros y cuáles sus fallos. Se dice de nuestra ponente Amalia Valcárcel, que cerrará el curso, que es una filósofa de combate; necesitamos una filosofía de combate y una ciencia de combate para lograr que “los sueños de la razón”, en vez de monstruos, generen satisfacción, imaginación y vida.
Ya vimos el curso pasado que lo fascinante de la evolución son las aplicaciones de la ciencia generada por la misma a nuestras vidas. Instrumentos de desarrollo tan antiguos como la domesticación de animales y plantas, se ven ahora exponencialmente aumentados por los hallazgos de las ciencias de la evolución: actividades tan controvertidas y potencialmente amenazantes como la ingeniería genética, la evolución dirigida, la creación de nuevos genes y la generación de “vida” en el laboratorio, el control de enfermedades o el cultivo de nuevas capacidades y conductas. Todas ellas representan las nuevas fronteras de la evolución y nos plantean retos científicos y morales ineludibles y fascinantes. También nos obligarán a adaptar nuestros postulados éticos a nuestras nuevas potencialidades.
El legado de Darwin nos ha acompañado en el viaje exploratorio de estos dos años: la Teoría de la Evolución (enunciada a mediados del siglo XIX). Su actitud científica, a la vez humilde y ambiciosa, junto a su entrega a un método basado en la tenaz y paciente observación detallada de los hechos, continuarán dando frutos increíbles para hacer posible que el sueño de la humanidad alumbre vida en vez de monstruos.